Esculturas romanas, un museo.
Una cantera industrial, una montaña.
Un sitio arqueológico, la investigación sobre el terreno.
La excavación del mármol se convierte en diálogo y resonancia.
Observar, documentar, recoger: mediante la captación de imágenes, materiales, gestos e historias, establecer un protocolo de experimentación de los lugares.
Del bloque a la escultura, una escala de la memoria geológica y humana. Huellas y materias en movimiento que se transforman en ficciones inesperadas y abren nuevas narraciones.
De esta observación nace esta instalación, soporte autónomo del zócalo-archivo-cantera-excavación arqueológica. Un prólogo de nuestra investigación en curso.